“El primer poema es espléndido, es una elegía bien construida, se llora por uno mismo porque no se puede alcanzar al niño que fue, no hay retorno hacia las cosas, la muerte existe, la caducidad existe, se llora muy bien en el libro porque se hace con orden y concierto, con una gran fuerza y excelente retórica poética”.
Amelia Valcárcel